... podría transcribir por aquí algunas de las frases célebres que a veces se escuchan en el cine sobre los abogados, como que es un abogado de mucha experiencia... o que es un abogado especialista en el campo del derecho penal... o un abogado con gran capacidad resolutiva, etc..., etc... y más etc... Bueno, ¿y eso para qué, para intentar engrandecerme?. No, no es ese mí estilo. En su lugar voy a decir lo que yo veo de mí mismo, apartando las valoraciones exageradas, y de forma tal que al menos así no crearé falsas expectativas...
...de modo que allá voy...
... mí nombre es Manuel, cierto que soy abogado, y cierto también que son de naturaleza penal la mayoría de los asuntos que me confían. No soy el mejor abogado penalista, ni mucho menos. No siempre se consiguen ganar todos los casos, al menos en el sentido que el cliente pide... También es cierto que no hago promesas que no se puedan cumplir, sencillamente porque nunca las hago, ni dejo que quien defiendo crea que no hay nada de qué preocuparse, máxime si hay un mínimo riesgo de entrar en prisión...
... ¿y porqué me dedico entonces al ejercicio de esta especialidad?... por muchas razones, pero la que más destaca es para acallar algunos de los temores que yo tengo...
... como abogado penalista, me aterra la idea de que por una mala defensa una persona quede privada de su libertad... me aterra no haber buscado lo suficiente las fórmulas de defensa que permitan evitar el ingreso efectivo en un centro penitenciario... y sobre todo porque me causaría un gran dolor que si un día fuera yo quien necesitara de un abogado penalista, quien asuma mí defensa no dedique todo su tiempo, conocimientos y experiencia, en defenderme del mejor modo que sepa...
Y estos son algunos de mis temores, al mismo que mis razones de mí profesión...por lo demás: Me gusta la profesión de abogado penalista.
M.C.-